En una decisión de última hora y en medio de un intenso debate entre congresistas, el polémico Código Electoral fue aprobado por la plenaria de la Cámara de Representantes, generando preocupación debido a los supuestos «superpoderes peligrosos» que otorgaría a la Registraduría.
Con este aval, el proyecto pasará a la etapa de conciliación y luego a la sanción presidencial, quedando listo para regir las próximas elecciones regionales de 2023 y las venideras.
Diversos opositores al documento argumentaron que el proyecto contiene puntos inconstitucionales. Uno de los aspectos aprobados permite al registrador nacional designar registradores especiales, auxiliares y delegados regionales, lo cual fue calificado por Catherine Juvinao, del Partido Verde, como «inclusiones innecesarias» que perjudican y socavan el papel de la Registraduría.
Desde su presentación por parte del registrador Alexander Vega, el articulado ha generado controversia debido a los cambios significativos en la contratación de software electoral y votos electrónicos.
En cuanto a este último aspecto, el Congreso aprobó un sistema de «voto electrónico mixto», uno de los puntos más controvertidos debido a la falta de capacidad del país para garantizar su seguridad.
La discusión fue tan intensa que los representantes incluso reportaron la presencia de «votos fantasmas» a favor del nuevo Código Electoral. Según lo expuesto por Juvinao, se registró un voto del representante Jorge Eliécer Salazar, del Partido de la U, a pesar de que no estaba presente en la plenaria.
Actualmente, el proyecto se encuentra a solo unos pasos de ser firmado por el presidente Gustavo Petro, quien tuvo la oportunidad de criticar la propuesta antes de su aprobación.
No obstante, existe la posibilidad de que el proyecto sea sometido a la revisión de la Corte Constitucional, que tendrá la última palabra sobre si el Código cumple con la ley o si fue aprobado sin cumplir los requisitos mínimos.