El Congreso de la República de Colombia, compuesto por senadores y representantes a la Cámara, fue instalado el pasado 20 de julio con la promesa de ser el punto de inflexión en cuanto a malas prácticas políticas, reducción de gastos públicos y transparencia en la toma de decisiones.
Sin embargo, a pesar de estas promesas de optimizar el uso del dinero público, los representantes a la Cámara han firmado un contrato que implicará un cambio en su esquema de seguridad, incluyendo la adquisición de más camionetas de lujo de las que ya poseen.
Según reveló la revista Semana, en el contrato CD_008_2023 se estipula la compra de vehículos blindados y la contratación de escoltas adicionales, lo cual representaría un costo de 46.260 millones de pesos para los colombianos, fondos provenientes de la Cámara y de la Unidad Nacional de Protección.
En este sentido, los congresistas solicitan que se disponga de al menos 394 camionetas blindadas, superando las 366 que ya poseen. Según argumentan en el contrato: «La Entidad estima que su necesidad se extiende hasta 394 vehículos, lo cual se justifica en que son 188 Honorables Representantes a la Cámara, con un esquema básico de dos camionetas por cada uno; adicionalmente, a los 16 representantes de las curules de paz se les asigna una camioneta adicional a su esquema; para el Director Administrativo de la Cámara de Representantes se deben asignar dos camionetas de acuerdo con su estudio de nivel de riesgo».
Es importante destacar que, además del costo de las camionetas adicionales y el cambio en el esquema de seguridad, los ciudadanos también deben cubrir un gasto adicional revelado por la revista: un seguro de vida que asciende a 450 millones de pesos. Según el contrato AMC-SEN-01-2022, se justifica esta inversión como una obligación del Senado de la República para proteger al grupo asegurado contra el riesgo de muerte por cualquier causa, incluyendo suicidio, homicidio, guerra y terrorismo.
Cabe recordar que este nuevo Congreso, el del cambio, había asegurado que trabajaría para reducir sus salarios y destinar esos fondos a la educación, vías y desarrollo del país. Sin embargo, hasta el momento no se han logrado avances en estos proyectos y, por el contrario, los salarios de los congresistas han aumentado.
De hecho, el salario de un congresista en Colombia supera hasta 32 veces el salario mínimo establecido. Mientras que el salario mínimo está fijado en 1’160.000 pesos, el salario de un congresista asciende a 37’880.419 pesos, incluyendo una asignación básica de 9.159.143 pesos, gastos de representación por 16.282.926 pesos y una prima especial de servicios por 12.438.350 pesos.