Por: Aldrin García Balvin
¡La pasión del fútbol se desborda nuevamente, pero esta vez por las razones equivocadas! En un enfrentamiento entre Independiente Santa Fe y Universitario de Lima en la Copa Sudamericana, la violencia irrumpió en escena, opacando a los auténticos protagonistas del deporte. No, no fueron los jugadores quienes hicieron temblar los cimientos, sino aquellos mal llamados «hinchas» que desataron el caos y dejando a su paso personas heridas.
¿Dónde quedaron la camaradería y el espíritu deportivo? ¿Acaso la rivalidad se ha convertido en una excusa para desatar la violencia y la agresión? Parece que algunos disfrazados de hinchas se creen protagonistas de una película de acción, buscando reconocimiento en los actos vandálicos. ¿Pero qué ganan lastimando a otros por el simple amor a un club de fútbol?
Sin embargo, no podemos generalizar y estigmatizar a todos los seguidores. Afortunadamente, aún existen hinchas que viven el fútbol de manera sana y apasionada, que disfrutan del espectáculo y respetan a sus rivales. Ellos son los auténticos amantes del deporte y los que deben marcar la pauta en los estadios.
Es necesario que las autoridades y los clubes tomen medidas enérgicas para evitar estos episodios de violencia. La seguridad de los aficionados debe ser una prioridad absoluta, y los responsables de manchar el deporte con sus actos violentos deben ser sancionados sin contemplaciones.
El fútbol, lejos de ser un campo de batalla, debería ser un escenario de alegría y entretenimiento. Nos une, nos emociona y nos regala momentos inolvidables. No permitamos que unos pocos arruinen esa magia.
Este lamentable suceso debe ser una llamada de atención para todos. Es momento de reflexionar sobre el verdadero significado del fútbol. No se trata solo de ganar o perder, sino de disfrutar, respetar y convivir en armonía. Recuperemos la esencia del deporte rey y hagamos de cada partido una celebración del juego limpio y la pasión compartida.
El balón está en nuestro campo. Es hora de marcar un gol a favor de la paz y el respeto en el fútbol. ¡No dejemos que la violencia nos arrebate la esencia del deporte más hermoso del mundo!