En medio del torbellino de controversia, el presidente Gustavo Petro se mantiene firme en su postura, reiterando que el escándalo que lo rodea no lo afecta y alegando que todo forma parte de un supuesto «golpe blando». Desde el inicio de la polémica, Petro ha optado por mantenerse relativamente al margen, emitiendo comentarios dispersos que parecen más destinados a desviar la atención que a abordar directamente las acusaciones en su contra. Incluso llegó a comparar su situación con la del presidente peruano Pedro Castillo.
En su más reciente declaración, Petro respondió indirectamente a un tuit en el que su exembajador en Venezuela, Armando Benedetti, afirmaba haber sido grabado mientras estaba bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, el enfoque principal de su respuesta fue el anuncio del senador Miguel Uribe de denunciarlo ante la comisión de acusaciones de la Cámara.
Con respecto a este panorama, Petro ha vuelto a mencionar un supuesto «golpe blando», en línea con los comentarios de la vicepresidenta Francia Márquez. Según el presidente, todo esto sería simplemente un intento de detener su lucha contra la impunidad.
Enfatizando su inocencia, Petro declaró: «En ninguna entrevista o en audios se ha mostrado que he cometido un delito», deslindándose de cualquier responsabilidad que pudiera derivarse de las acusaciones en su contra.
En medio de esta turbulencia política, el presidente Petro continúa defendiendo su postura, mientras la nación espera respuestas claras y contundentes sobre las acusaciones que han surgido en su contra. El futuro de su mandato y la estabilidad del país están en juego, y solo el tiempo revelará cómo se desenvolverá esta situación y qué impacto tendrá en el panorama político colombiano.
