Uruguay hizo historia al proclamarse campeón del torneo Sub-20 en el Mundial de Fútbol, logrando el título por primera vez en su trayectoria futbolística. El emocionante partido se llevó a cabo en Argentina y enfrentó a la selección uruguaya contra Italia, que previamente había eliminado a Colombia en una destacada actuación.
En esta tercera oportunidad, Uruguay no dejó escapar la victoria. Después de caer en finales anteriores en Malasia 1997 y Turquía 2013, la Celeste demostró su superioridad desde el principio hasta el final del juego, consagrándose campeones ante una multitud de más de 30,000 compatriotas que abarrotaron el Estadio Único Diego Armando Maradona.
Miles de fanáticos cruzaron el Río de la Plata en barco, avión y automóvil para ser testigos de la gesta. Mientras el coro de cánticos resonaba incesantemente en las gradas, Luciano Rodríguez aprovechó una confusa jugada en el área para empujar el balón y marcar el gol que selló la victoria para el equipo dirigido por Marcelo Broli.
Uruguay dominó completamente la primera mitad del encuentro. La presión alta, el juego por las bandas y el excelente manejo del balón en el centro del campo permitieron que la Celeste se adueñara de los primeros 45 minutos. Italia no pudo desplegar su estilo de juego y recurrió a numerosas faltas para detener el ímpetu uruguayo.
En realidad, durante la primera mitad, Italia cometió diez faltas, mientras que los sudamericanos solo cometieron cinco. Luciano Rodríguez fue la figura destacada y también el jugador que más veces terminó en el suelo tras las faltas recibidas.
El número 19 regresó al campo después de cumplir una suspensión de dos partidos y complicó constantemente al defensor Gabriele Guarino, quien fue el primero en recibir una tarjeta amarilla.
Fabricio Díaz también se destacó en el centro del campo, anotando y asistiendo a sus compañeros. El equipo uruguayo volvió a demostrar una defensa sólida, liderada por Sebastián Boselli. Dos remates del capitán estuvieron cerca de abrir el marcador, pero el portero Sebastiano Desplanches se lució con una impresionante atajada ante un cabezazo de Anderson Duarte. Aunque el joven Simone Pafundi generó las dos oportunidades más claras para Italia, ninguna de ellas puso en aprietos al portero Randall Rodríguez, quien solo permitió un gol en los siete partidos del torneo.
La segunda mitad comenzó de la misma forma en que terminó la primera: Uruguay generando las oportunidades más claras y Italia alejada del arco rival.
Hacia el minuto 75 del segundo tiempo, la Celeste había generado 12 ocasiones de gol, mientras que Italia apenas había tenido una oportunidad. Sin embargo, en los minutos finales, Uruguay perdió intensidad y permitió que Italia se lanzara al ataque, liderado por el centrocampista Tommaso Baldanzi. Pero en el minuto 86, cuando quedaban pocos minutos para el final del partido, en medio de una jugada confusa dentro del área, Rodríguez empujó el balón ante la mirada del portero rival y desató la locura entre los tres millones de espectadores.
Uruguay salió al campo decidido a ganar desde el primer minuto y jugó la final de manera impecable, llevándose el merecido título de campeón del mundo Sub-20 por primera vez en su historia. Este logro se suma a su envidiable colección de trofeos, una prueba más del poderío futbolístico uruguayo.
